DE GÉNERO EN HONDURAS ANÁLISIS RÁPIDO Un panorama ante COVID-19 y Eta / Iota

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La población hondureña, multiétnica y esencialmente femenina (51.7%), cohabita en un país que ha sido catalogado como uno de los países del área latinoamericana con mayor desigualdad en cuanto al desarrollo (Índice de desigualdad de género de 0.479 versus un IDH 0.611), y con una brecha de género de 27.8 %, según el Foro Económico Mundial. Esta condición de desigualdad afecta especialmente a las mujeres y niñas, pero también a la población viviendo en situación de pobreza, y a la población que está expuesta a alguna condición de vulnerabilidad ya sea física, psicológica, social, ambiental, económica o estructural.
Como resultado, esta población vive en condiciones de pobreza y desigualdad que influyen directamente en la profundización de aspectos relacionados con la feminización de la pobreza; las limitaciones en el acceso a servicios básicos, recursos, oportunidades económicas y empleo digno (medios de vida); la vulnerabilidad ante la violencia, especialmente la Violencia Basada en Género (VBG); y la continuidad en la brecha de género que existe en cuanto a la participación a nivel organizativo o político.
Esta situación ha sido agravada por las circunstancias generadas en Honduras por la pandemia de la COVID_19, que ha registrado 164,495 casos a nivel nacional, y por la devastación causada por Eta e Iota —que afectó a más de 4 millones de personas—, y que han dejado al descubierto las condiciones de violencia y vulnerabilidad a las que están expuestas las mujeres y niñas en Honduras.
Entre los efectos adversos provocados por ambas crisis, preocupa especialmente aquellos que afectarán a indicadores o condiciones estructurales relacionados con la feminización de la pobreza o que inciden directamente en los factores de riesgo o protectores para la violencia basada en género.